Comienza la cuenta atrás para que se celebre la otra gran boda Real del año, dentro de un mes y medio nos trasladaremos al Principado del Glamour, al Mónaco de los sueños. Una boda envuelta en magia, de la que no podemos hablar sin antes remontarnos 55 años atrás, cuando la inolvidable Grace se convirtió en Princesa de Mónaco en la Catedral de Saint-Nicolás, yo no había nacido pero si he buscado e indagado todo lo que ocurrió por aquellos años, ya que a mi parecer Grace fue una mujer inolvidable, única y el día de su boda fue sencillamente espectacular, con el diseño de Helen Rose, realizado en los talleres de la Metro Goldwing-Mayer, sin duda acertó de pleno. En esta ocasión no será en la Catedral,el Príncicipe Alberto convertirá a Charlene en princesa en una ceremonia católica que se oficiará en el patio de honores del palacio, y asistirán casi 4.000 invitados. Seguro que la organización y la celebración gozarán del éxito y la magnitud que merecen, en un Principado castigado a veces por la tragedia y en los tiempos que corren, me alegra saber que hay una gran multitud de gente ilusionada con el magno evento. Sin duda la gran protagonista será Charlene que seguro que nos ofrece un vestido elegante y soberbio digno de una gran sucesora, Grace dejó el listón muy alto, ya no solo en cuanto a su imagen y su vestuario, sino como una gran dama, una princesa real, una mujer especial, irrepetible.
Contando los días que faltan, esperando que llegue el evento que tanta expectación está creando, situando a Monáco en el punto de mira de los sueños de las ilusiones .... una nueva princesa está a punto de llegar............
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